La contaminación por mercurio amenaza a los tiburones en Colombia. Un estudio de la Fundación Malpelo revela que siete especies están en riesgo debido a altos niveles de este metal tóxico en sus cuerpos. El tiburón martillo y el zorro pelágico son los más afectados. Expertos alertan que esta situación pone en peligro a la biodiversidad y a las comunidades.
Depredadores pero vulnerables
¿Cómo llega el mercurio hasta los tiburones? La investigadora Sandra Bessudo, fundadora y directora de la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos, explica a Mongabay Latam que este metal es liberado en el ambiente luego de ser empleado por mineros informales e ilegales para separar el oro de los sedimentos. A través del agua de lluvia, los ríos y la escorrentía, el mercurio llega al océano. Una vez en el mar, se convierte en metilmercurio y se acumula en los organismos marinos, afectando toda la cadena alimenticia.
El grupo de Planeación y Manejo de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN) asegura que el río Patía y otros afluentes son las vías principales de entrada de mercurio a los ecosistemas marinos en la costa pacífica colombiana.
“Cuando el mercurio llega al río y luego al mar, las especies se alimentan de eso. Luego llegan otras que se alimentan de estos peces y así sucesivamente el mercurio se queda en la cadena trófica de los diferentes consumidores”, explica Bessudo a Mongabay Latam.

Efectivamente, el envenenamiento por mercurio de especies que viven en el agua y su entorno se ha vuelto cada vez más recurrente en la región. De acuerdo con el estudio del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés), la minería ilegal aurífera en Colombia afecta principalmente a las regiones del Chocó y la Amazonía, desde donde el mercurio migra hacía el océano.
Según el estudio de la Fundación Malpelo, Colombia es el tercer país que emite más mercurio total al ambiente después de China e Indonesia.
Al ser depredadores tope, los tiburones ven incrementada su vulnerabilidad. No sólo porque ingieren los peces pequeños contaminados por el mercurio, sino también por un fenómeno llamado biomagnificación.

“Es el proceso por el cual las concentraciones de una sustancia tóxica, como el mercurio, aumentan mientras se transfieren a través de los diferentes niveles tróficos en una red alimentaria. A medida que los organismos en los niveles inferiores, como el plancton o los peces pequeños, son consumidos por depredadores más grandes como los tiburones, la cantidad de mercurio se acumula”, sostiene la científica marina, quien además es buzo profesional.
Los tiburones se exponen a un mayor peligro porque la biomagnificación amplifica las concentraciones de este metal tóxico a medida que sube en la cadena alimenticia, explica César Delgado, coordinador del grupo de Planeación y Manejo de PNN.
Los investigadores de la Fundación Malpelo recolectaron un total de 175 muestras de dos tipos de tejidos de tiburón —130 de aletas y 45 de músculo— incautados en el puerto de Buenaventura entre 2009 y 2013.
Las siete especies consideradas en el estudio por su vulnerabilidad y mayor frecuencia de pesca fueron el tiburón cazón del Pacífico (Carcharhinus cerdale); el tiburón mamón pardo (Mustelus henlei); el tiburón mamón aletadorado (Mustelus lunulatus); el tiburón coronado (Sphyrna corona); el tiburón cabeza de pala (Sphyrna tiburo); el tiburón martillo (Sphyrna lewini) y el tiburón zorro pelágico (Alopias pelagicus).
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Ilustración: Kipu Visual