- Investigadores estudiaron las condiciones ambientales del pez huachinango, también conocido como pargo rojo, en el Pacífico mexicano.
- Advierten sobre una posible migración hacia el norte, ante los cambios ocasionados por el aumento de temperatura y la pesca sin control.
- De todo el litoral del Pacífico mexicano, los estados de Oaxaca y Baja California Sur serían los más afectados en un escenario de impactos severos, ya que dependen de la pesca del huachinango.
- Mientras los gobiernos implementen políticas sustentables, los impactos en la distribución del pargo y en las comunidades pesqueras serían menores, sostiene el estudio.
Los efectos de la crisis climática y una sobrepesca sin regulación suficiente tienen en amenaza al pargo (Lutjanus peru), mejor conocido como huachinango en México, una especie comercial clave para las pesquerías del Pacífico mexicano que dependen de su aprovechamiento.
Una investigación publicada en la revista Science Direct señala que este pez podría experimentar un cambio drástico en su distribución marina ante el calentamiento del océano, lo que tendría diferentes impactos en las comunidades pesqueras.
Ante una posible migración de especies tropicales hacia los polos por el aumento de la temperatura, los autores del estudio proyectaron diferentes escenarios climáticos a 2050 y 2100, donde advierten consecuencias sociales, económicas y ecológicas.
El escenario más adverso proyecta que para 2100 se perdería la idoneidad del hábitat del huachinango en zonas clave como el Golfo de Tehuantepec y el sur del Golfo de California. Además, 24 oficinas pesqueras sufrirían impactos severos, ya que el pargo concentra el 68 % de la captura y representa el 72 % de sus ingresos.
Sin embargo, la presencia de la especie se incrementaría en otras zonas, principalmente del norte del Pacífico mexicano, por lo que especialistas advierten retos socioambientales y económicos para el futuro de la especie.

Una especie clave para el Pacífico mexicano
El huachinango es una especie altamente consumida en México, se pesca en todo el litoral mexicano del Pacífico y está entre las cinco más relevantes comercialmente. Si bien un cambio en la distribución de esta especie puede tener impacto en los 10 estados que lo consumen, la investigación científica proyecta que los impactos más altos se darán en regiones que dependen económicamente de esta especie de pargo.
David Petatán Ramírez, uno de los autores del estudio y jefe del Departamento de Oceanología del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explica que el nivel de dependencia con esta especie y los cambios en su comportamiento son claves en los futuros impactos.
“El impacto va a ser distinto si una comunidad depende del recurso. En este estudio se encontró que Baja California Sur y la costa de Oaxaca serían las más impactadas”, explica el especialista.
Ambas áreas, junto con Guerrero, Sinaloa y Nayarit concentran más del 70 % de la pesca del huachinango en el Pacífico, de acuerdo con la Carta Nacional Pesquera 2023.

El cambio climático también desplaza a especies marinas
Los autores del estudio destacan que el huachinango es una especie de preferencias tropicales y que un aumento de temperatura puede exceder el umbral de preferencia ambiental, por lo que podría buscar zonas más profundas, cambiar sus ciclos de reproducción e incluso su tamaño o en el nivel de supervivencia de sus larvas.
“Todas las especies tienen umbrales de tolerancia fisiológica. Si se supera este umbral, la especie se ve estresada, amenazada y va a migrar a zonas donde esté su alimento”, advierte el especialista. Y agrega que también “puede irse a zonas más profundas, lo cual vuelve más difícil el para el pescador que tiene que viajar más distancia o invertir más tiempo para capturar el recurso”.
Petatán, que también trabaja el tema con las comunidades pesqueras de Baja California Sur, cuenta que los pescadores han detectado incluso un cambio en la dieta del huachinango por lo que han tenido que usar otra carnada para su captura.
Además, sostiene que no es la única especie que migra por efectos del cambio climático en la región, pues cada año se registran especies que se ubican más al norte.
“El estudio refleja que si el calentamiento del océano sigue en incremento, el huachinango, al igual que muchas especies, va a tener más oportunidades para ir escalando latitudinalmente en zonas donde actualmente no se captura”, dice el investigador a Mongabay Latam.
Precisamente, los investigadores analizaron las condiciones ambientales que necesita el pargo para sobrevivir y reproducirse en el ecosistema.
“Lo que nosotros hicimos en ese trabajo fue analizar el nicho ecológico de la especie, a partir de sus preferencias ambientales, es decir bajo qué rangos de temperatura habita, rangos de producción primaria, salinidad, oxígeno”, detalla Petatán.
Aunque el aumento de la temperatura no sería igual para todas las zonas, las tendencias indican disminución del proceso de generación de materia orgánica a través de la fotosíntesis y que es la base de la cadena alimenticia en el mar, así como de los niveles de oxígeno, lo que impactaría directamente en la distribución y abundancia de los recursos pesqueros.
El mismo estudio señala que los escenarios proyectados se basan en diferentes políticas climáticas, por lo que optar por la sustentabilidad y no por el desarrollo de combustibles fósiles, implicaría que los impactos serán menores.
“El futuro va a depender de las políticas climáticas que manejen los países. Podemos tener el menor impacto y el peor”, señala Patatán.

Falta de información y medidas específicas
Los investigadores alertan que la información generada sobre el huachinango y otras especies es insuficiente para determinar su estado de salud. Esto lo atribuyen principalmente a falta de planes de manejo específicos para más de 300 especies comerciales o de normas de pesca que regulen las tallas mínimas, características de las artes de pesca, la sobreexplotación o las épocas de veda.
“Desafortunadamente no conocemos el estado real de la población de huachinangos. Tiene que ver con que se captura distinto a lo largo de la costa del Pacífico. No existe información tan precisa y es complicado definir herramientas adecuadas”, explica Petatán.
Si bien los investigadores destacan esfuerzos para conocer el estado de las pesquerías, sostienen que la problemática es compleja, pues señalan que la pesca ribereña utiliza muchas artes de pesca, lo que complica su estudio.
Destacan las acciones del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), como los monitoreos acústicos para cuantificar especies y capturas para documentar peso, tallas y abundancia de larvas, así como el trabajo de organizaciones civiles que apoyan a las comunidades pesqueras para evaluar especies de importancia comercial.

Restauración pesquera, una medida olvidada en México
Los investigadores destacan la importancia de la restauración pesquera, que implica la recuperación de las especies para garantizar la sostenibilidad de la pesca, pues sostienen la economía de los pescadores ribereños.
Desde 2021, organizaciones civiles tramitaron un amparo que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para obligar al Congreso de la Unión a reformar leyes que contemplen la restauración de las pesquerías en México. Sin embargo, el máximo tribunal del país descartó otorgar el recurso al considerar que no hay una omisión legislativa en el tema.
Esteban García-Peña, coordinador de Investigación y Políticas Públicas de Oceana México, explica que la Corte sólo consideró una advertencia de no otorgar permisos cuando una especie está en recuperación, pero que sigue existiendo un vacío legal.
Sin embargo, advierte que hay diálogo con legisladores que reconocen una ausencia de la restauración pesquera en la ley, así como con autoridades de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) para emitir un reglamento pesquero que contemple la recuperación de las especies.
“Lo ideal es que haya una reforma para que la ley contenga el concepto de recuperación de pesquerías como una responsabilidad del Estado”, sostiene el biólogo.
Además, explica que un reglamento permitirá establecer los manejos de cada especie, de acuerdo a su contexto.
“Permite saber en qué grado está dañada la especie y en qué grado se tiene que recuperar, la meta de recuperación. Ese dato es fundamental porque cuando el Gobierno diseña la estrategia de recuperación la meta va a estar clara”, señala.

Sin políticas públicas no hay futuro
Los autores del estudio científico sostienen que un esfuerzo importante para la restauración pesquera que se hace en Baja California Sur es el establecimiento de zonas de refugios pesqueros, ejercicios que consideran deben replicarse en otros estados del país consultando a comunidades.
“Para esta recuperación es muy importante promover la participación social, de otra forma difícilmente va a funcionar”, considera Petatán.
Sin embargo, los investigadores advierten que estos esfuerzos deben estar acompañados de una vigilancia efectiva de la recuperación pesquera y el control sobre la pesca ilegal.
“Podemos tener muchos planes de recuperación, sin embargo mientras no se tenga un mayor control sobre esta actividad, difícilmente van a funcionar esas medidas de recuperación”, advierte.
El autor señala que el cambio en las condiciones del hábitat del huachinango también es una oportunidad para las comunidades donde actualmente no se captura. Sin embargo, esto puede implicar más esfuerzo de pesca y el riesgo de conflictos por recursos marinos.
En el caso de Baja California Sur, zona con mayor porcentaje de pesca del huachinango, Petatán sostiene que hay una preocupación entre las comunidades pesqueras de Santa Rosalía, Loreto y La Paz por la especie, por lo que han trabajado con organizaciones y científicos en medidas para evitar mayores impactos.
“Es un recurso que les genera grandes beneficios no solo en alimento, sino también económicos y al mismo tiempo es un estilo de vida. Se nota mucho la participación de los pescadores, el interés para involucrarse y gestionar medidas de adaptación que lleven a la sustentabilidad de estos recursos”, afirma.
El estudio señala la necesidad de rediseñar los apoyos pesqueros para fomentar la resiliencia comunitaria. También sugiere impulsar la acuacultura como medida de adaptación para compensar la disminución de capturas naturales del huachinango.
Imagen principal: el huachinango es una especie de gran valor comercial en México pero la falta de regulación específica y el cambio climático impactarán en su población y distribución. Foto: Gobierno de México